carnaval

en el foro de trini tinturé se ha organizado un concurso de relatos románticos, con ocasión del día de san valentín, que ya se acerca. pero, para hacerlo un poco diferente del concurso que se organiza tradicionalmente en el foro de esther con este motivo, se nos ha propuesto que el relato lo relacionemos con la festividad de carnaval, que también está próxima.

pues aquí está el relato que he escrito. no es muy bueno, pero si os entretiene y os hace pensar en las simpáticas fiestas de disfraces de los colegios, me doy por más que satisfecho. :)


–Mamá, vamos a tener una fiesta de disfraces en el colegio, y no sé qué ponerme –le dijo Anita a su madre al llegar de clase.

–Pues vamos a pensar algo, cariño –respondió la madre–. Ven conmigo a mi habitación. Allí puede que tenga algo que nos dé una idea...

Se dirigieron al dormitorio de la madre, y ésta sacó de un armario un taco de libros y de comics.

–Tengo guardados algunos cuentos y comics de cuando era pequeña, ilustrados por Trini Tinturé, que era una dibujante sensacional. Dibujaba unas chicas muy guapas con unos modelos preciosos. Y si ves alguno que te guste, podremos intentar hacernos con uno parecido para tu fiesta.

–Anda, qué bonitos. A veeer... –dijo Anita, mirándolos con curiosidad–. “Alicia en el país de las maravillas”... El vestido que lleva es precioso, pero para la fiesta de disfraces me gustaría algo más moderno, más atrevido.

–Mira, ¿qué te parece Heidi en este cuento de “Heidi en la gran ciudad”? –le sugirió la madre.

–También está chulo. Me gusta el vestido de la portada, con ese suéter a rayas por debajo. Luego va cambiando de ropa –dijo, pasando las páginas del comic–. Lleva siempre unos vestidos muy bonitos. ¡Pero este año quiero soltarme el pelo y llevar algo que de verdad llame la atención!

–¿Y qué te parecería disfrazarte de hada? Como Violeta, otro personaje de esta dibujante. Mira, aquí tienes una historieta en la que sale.

–¡Qué graciosa! Me encanta ese vestido con volantes en forma de pétalos y esas alas. Pero un disfraz así habría estado mejor dos años antes. Ahora ya soy mayor para ponerme eso. Por cierto –dijo Anita, fijándose en otro de los comics de su madre–, ¿quién es esa?

–Aaah, ésta es Emma. Es una chica con poderes mágicos, que se trasladó del siglo XVI al XX, y que trata de volver a su época. Sus historietas se publicaban en la revista Lily, me encantaban. Esto es un album de la colección Joyas Literarias, en el que viene una historia entera suya.

–¡Cómo mola! ¡Es una bruja moderna! Me encanta esa minifalda, esas medias a rayas y esas botas. ¡Así es como quiero vestirme para la fiesta! ¡Y con la escoba mágica, también!

La hermana mayor estaba escuchando la conversación. Entró en la habitación y dijo:

–No os enteráis de nada. ¡Emma se está publicando otra vez! Llevan ya dos tomos. Los había visto en la librerías, pero no sabía que os gustaban. Ya os regalaré uno de esos tomos, y de paso lo leeré yo también, jajaja.

–Pues lo tengo decidido –afirmó Anita–. ¡Iré vestida como Emma! Por cierto, ella tiene un gato. A lo mejor me llevo a Micifuz a la fiesta para que el disfraz sea completo.

Durante los siguientes días, Anita fue preparando su conjunto de Emma. Se probaba las prendas una y otra vez y se miraba al espejo. Incluso fue a la peluquería a hacerse un peinado parecido al de Emma. Estaba dispuesta a triunfar.

Llegó el gran día. Los alumnos iban acompañados de sus padres. Anita se cruzó con una compañera de clase que iba con un chico rubio muy guapo de unos 14 años, y con su madre.

–¡Hola, Cecilia!

–¡Hola, Anita! ¡Qué disfraz tan chulo llevas!

–¡Gracias! –respondió riendo–. El tuyo es de Blancanieves, ¿verdad? También te queda genial.

–Mira, te voy a presentar a mi hermano Pedro –dijo, señalando al chico rubio con el que iba–, y a mi madre.

Se saludaron dándose el par de besos de rigor, y entonces intervino la madre de la amiga.

–Tu disfraz es de Emma, ¿verdad?

–¡Sííí, lo has adivinado! –respondió Anita, muy satisfecha.

–Emma me gustaba mucho de pequeña. Salía en la revista Lily, que la compraba todas las semanas. Y ahora que me doy cuenta... ¡Con ese traje haces buena pareja con mi hijo Pedro! Porque él, con su mata de pelo rubio, se parece a Hans, el novio de Emma.

Anita y Pedro intercambiaron una mirada, y ella se puso más roja que un tomate. Entonces él rompió el silencio.

–Voy a coger un refresco a la barra. ¿Me acompañas?

–Vale... –respondió Anita, tímidamente.

–Vamos a dejarles solos, mamá –intervino Cecilia, guiñando un ojo–. Vámonos por aquí, que te presentaré a más gente, mientras ellos se toman algo...

Pedro y Anita congeniaron muy bien. Al final de la fiesta les daba pena que acabara, y se intercambiaron los teléfonos. Aquello fue el comienzo de una bonita relación. Anita siempre asociaría las historias de Emma a la fiesta de disfraces en la que conoció a su primer amor...

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