mi mundo de papel

supongo que, en mayor o menor medida, todos sentimos nostalgia de tiempos pasados. pero en las épocas en que tu ánimo está más bajo de lo normal, idealizas incluso el pasado más reciente. tal vez te estés acordando de lo bien que lo pasaste a finales del año pasado, con las quedadas, los amigos invisibles y todo lo demás... enero es un mes difícil. en esas épocas de bajón, te parece que cualquier persona a tu alrededor está mejor que tú. y que en cualquier sitio te encontrarías mejor. incluso en aquella universidad donde nunca encajaste, o en aquella empresa donde te sentías como un cero a la izquierda... te sientes frío por dentro y te parece que hasta en los peores sitios “se está caliente”. lo último que necesitas en esa situación es que en facebook haya un compañero de colegio que no sólo ignora totalmente lo que publicas, sino que además está siempre opinando de política en tono dogmático, y se le llena la boca hablando de valores cristianos y otras cosas por el estilo... un tío q

este curso le estoy dando física y química -además de matemáticas- a una alumna de 3º de eso. me he dado cuenta de que les hacen aprenderse de memoria los elementos de la tabla periódica, como meros nombres sin ningún significado para ellos. igual que a nosotros en nuestra época... hay elementos que, por carecer de aplicaciones industriales, no se habla de ellos. además, los elementos raramente se emplean en estado puro. lo habitual es que aparezcan combinados con otros en moléculas o en redes cristalinas. no obstante, yo tenía curiosidad por saber un poco más sobre cada uno de los elementos, y para eso no me satisfacía ninguno de los libros que tenía en casa. el sábado encontré en la casa del libro esta magnífica obra, los elementos de theodore gray, que era justo lo que necesitaba. dedica por lo menos dos páginas a cada elemento, explicando sus propiedades y su método de obtención, y mostrando fotografías de gran calidad. últimamente he estado pensando en lo curioso que resulta que

a finales de abril del año pasado me compré dos jerseys de entretiempo. si comprabas dos, el segundo te salía rebajado. el que verdaderamente me hacía ilusión era el rosa fucsia. pero aparte de ése, el único que tenían en mi talla era el gris. pensé que me iría bien para alguna ocasión en la que tuviera que ir más formal o discreto. rosa y gris en principio me parecía una combinación extraña, dos colores opuestos. pero luego me di cuenta de que no combinaban tan mal. además me recordaron un poco al coloreado en bitono de algunos comics antiguos. por otro lado, el gris y el rosa son dos colores que en cierto modo me representan... el gris es el color de la primera etapa de mi vida: estaba en un colegio sólo de chicos, en el que llevábamos uniforme, y cuando no tenía que llevarlo vestía de la manera más discreta posible; no era enamoradizo con ninguna de las pocas chicas que veía; tenía inquietudes muy intelectuales, me gustaban mucho las matemáticas y la filosofía… esa parte de mí aún e

hace poco estaba pagando unas compras en una perfumería. sobre el mostrador había unos botes de gel de baño que estaban promocionando, y que se caían en cuanto alguien los rozaba. le dije medio en broma a la cajera: “es que no están bien diseñados. son demasiado altos y estrechos, y al ponerlos de pie están en equilibrio inestable”. le hizo mucha gracia, y me dijo entre risas: “me ha gustado eso del equilibrio inestable, me lo apunto! ya sabes, se caen porque están en equilibrio inestable!”, decía dirigiéndose a un compañero suyo. últimamente he estado pensando sobre ese tema. en un envase que contiene un líquido -también sería aplicable a un sólido en polvo o grano-, existe por un lado el centro de gravedad del envase, que se encuentra a la mitad de su altura; y por otro lado, el centro de gravedad del líquido que contiene, que está a la mitad del nivel de líquido en ese momento. llamaremos H mayúscula a la altura del envase, y h minúscula a la altura del líquido. la primera es fija y

hay una historieta de zipi y zape en la que los reyes magos, debido a un malentendido, les castigan dejándoles bombonas de butano -o “zutano”, como lo llamaba el dibujante para darle un toque más cómico-. y es que el butano se suponía que era la versión actualizada del carbón, al ser un combustible más moderno. en la viñeta observamos que al primo sapientín le han dejado regalos muy ‘intelectuales’: un modelo de anatomía, un juego de física, una computadora... aquí se percibe la ironía del dibujante josé escobar, que cuando éramos pequeños quizá no comprendíamos del todo. me parece que escobar no sentía una gran simpatía por los empollones. ;) conmigo los reyes se han portado bien. me han regalado un anorak muy ligero y práctico, la novela ‘habitaciones cerradas’ de care santos, un cd recopilatorio de dionne warwick ( ♪ what do get when you fall in love... ♪ ) y otro de texas ( ♪ i don’t want a lover, i just need a friend ♪ ). a mi padre, los reyes le han traído un despertador y el n