mi mundo de papel

dicen que rectificar es de sabios... yo de sabio tengo poco, pero rectifico mucho. no sólo al hablar, que me trabo continuamente, sino también al escribir a mano. hago muchos tachones y correcciones, a veces sólo para reescribir una palabra que me ha quedado poco legible. cuando voy a enviarle a un alumno/a una hoja escaneada de ejercicios resueltos a mano por mí, antes maquillo un poco con el paint  los borrones, tachones y similares. en 7º de egb, el primer día de curso, el profesor de matemáticas nos puso un pequeño examen que consistía en cuatro divisiones (complicadas, con decimales, varias cifras en el divisor y cosas así). quería comprobar hasta qué punto sabíamos dividir sin equivocarnos, antes de pasar a temas más complejos. yo las hice a lápiz, y se ve que borré y reescribí muchas veces sin ser consciente de ello, porque el profesor al final me dijo en broma: “tío, tú debes de gastar como treinta gomas de borrar al año, eh?”. me abrumaba un poco que un profesor tan severo br

no hay dos caras iguales en el mundo, excepto en el caso de los hermanos gemelos. pero incluso éstos tendrán algún pequeño detalle que permita diferenciarles. cada cara es única e irrepetible, como una huella dactilar. la capacidad de reconocer un rostro se encuentra en el hemisferio cerebral derecho. tiene sentido, ya que la visión global de las cosas como un todo pertenece a ese lado del cerebro. tú ves la cara de una persona, y no necesitas ponerte a analizarla rasgo por rasgo. al golpe de vista, sabes si es o no es alguien que conoces. sin embargo, existe un trastorno que impide reconocer los rostros de las personas, y que recibe el nombre de prosopagnosia . se debe posiblemente a una lesión cerebral. al parecer, en los casos más severos, una persona puede no reconocer su propio rostro reflejado en el espejo. en alguna ocasión, he dudado de si una persona a la que veía por la calle era alguien que conocía o no. y no era un tema de falta de visión, como cuando vas con las gafas e

un amigo de mi cole vivía en el barrio de campamento , dentro del distrito latina de madrid. coincidí en clase con él en 3º de bup y cou, estábamos en el grupo A de ciencias. sacaba muy buenas notas, parecía tímido y callado, pero luego hablabas con él y tenía un sentido del humor muy peculiar. y le gustaba el heavy metal, aunque pareciera tan modosito. :P en los últimos tiempos he ido a campamento tres o cuatro veces, para ver a una amiga que tiene allí una tienda. es fan de esther y su mundo, y al principio llevaba a su hija a las quedadas. la última vez que fui a la tienda de mi amiga, me comentó que su hija había estado allí minutos antes. no la vi por poco, y me habría gustado, porque llevaba mucho tiempo sin verla. la conocí siendo una niña y ahora ya casi habrá acabado la carrera, el tiempo vuela. la línea de metro más próxima a donde vivo es la 5 (de color verde en el plano), con lo cual podría parecer que para ir a campamento lo tengo muy fácil: la línea 5 me llevaría dire

hay una pregunta muy tópica que siempre me ha chirriado: “cuál es el último libro que has leído?”. esa pregunta no me importa en cuestionarios de poca trascendencia, pero a veces te la hacen en las entrevistas de trabajo. y quien me conozca, sabrá lo mucho que me gustan a mí las entrevistas de trabajo . 3:) de los libros que he leído, por qué te interesa el último precisamente? tal vez con el último libro no he tenido suerte y ha sido un coñazo, y prefiero hablar de otros que haya leído antes. además, al preguntar por el último libro, habría que precisar varias cosas. el último, aunque haya sido una relectura de un libro que ya leí en el pasado, o sólo contamos los que haya leído por vez primera? el último libro de narrativa, o cuentan también los ensayos y obras divulgativas varias? el último libro ‘serio’, o se puede decir también alguno cómico o satírico? a veces tienes ganas de leer algo divertido para no comerte la cabeza. supongo que en las entrevistas te lo preguntan de esa ma