bélgica

el pasado mes de febrero se organizó un concurso de relatos relacionados con san valentín y con el carnaval en el foro de trini tinturé.

el mío fue muy improvisado, iba escribiendo sobre la marcha lo primero que se me ocurría. por ello, no tiene mucho más valor del que pueda tener un test de asociación de palabras. o un sueño, puesto que los sueños toman diferentes palabras, imágenes y recuerdos que tenemos en la memoria, y los mezclan sin seguir ningún criterio aparente.

aquí lo tenéis, espero que os guste.


Esta historia tuvo lugar en el siglo XVIII, en cierto lugar de Europa occidental. En el castillo del rey del Norte se estaba organizando una fiesta de carnaval, como era tradición todos los años. El rey decidió invitar al príncipe heredero del Sur, de nombre Pierre, con la idea de limar asperezas con el reino vecino.

El rey del Norte habló con su hija, la princesa Margriet. Quería que le hiciera compañía al príncipe Pierre. Ella no tenía ninguna gana. Se le hacía muy cuesta arriba tener que pasarse toda la velada dando conversación al invitado, con lo poco que ella conocía de la lengua del Sur.

La noche de la fiesta llegó. El ambiente era muy agradable. La mayoría de los habitantes del castillo y otros invitados se habían animado a disfrazarse con trajes y máscaras. Y la mejor banda de música de la región había acudido a tocar.

Tras la cena, Pierre sacó a bailar a Margriet. Ambos ya estaban animados con ayuda del vino. Al principio apenas hablaron, la barrera idiomática no ayudaba. Pero se compenetraban muy bien en el baile, que es un lenguaje universal. Se sonreían y hacían gestos de complicidad.

Después de aquella noche, Margriet se afanó en aprender el idioma del Sur. Encontró un buen instructor en el castillo. No le resultó difícil, ya que era una chica muy lista. Además tenía una gramática más sencilla que la del idioma del Norte: a pesar de que los verbos también se conjugaban, no había declinaciones ni se formaban largas palabras compuestas.

Pierre, por su parte, también se puso a estudiar el idioma del Norte, quizá con menos éxito. Pero lo importante es que ambos ya serían capaces de entenderse mucho mejor en futuros encuentros. Que los habría, ya que convencieron a sus respectivos padres de organizar en sus castillos eventos en los que pudieran coincidir. Y eso además era positivo para la relación entre los reinos del Norte y del Sur.

Los meses pasaron hasta que llegó el Carnaval del año siguiente. Acordaron celebrarlo en el castillo del rey del Sur, al que Margriet acudió como invitada.

Para entonces Margriet ya había llegado a dominar el idioma del Sur, lo que le permitía tener fluidas conversaciones con Pierre. Habían hecho mucha amistad durante los últimos meses y se complementaban a la perfección. Ella era muy lógica y analítica, mientras que él poseía una gran intuición. Al revés de lo que tradicionalmente se ha atribuido a hombres y mujeres.

La celebración volvió a ser un éxito. Mientras bailaban pegados, Pierre rompió el silencio:

-Margriet, creo que tenemos en nuestras manos cambiar la historia. Sería muy positivo que los reinos del Norte y del Sur se unieran.

-¡Oh! Es posible que tengas razón, Pierre. ¿Pero cómo podríamos nosotros lograrlo? Además, piensa en lo difícil que podría ser la coexistencia de dos regiones con diferentes lenguas.

-Mira, Margriet, tengo la intuición de que en un futuro no muy lejano habrá una mayor comunicación entre diferentes naciones, lo que obligará al aprendizaje de otras lenguas. Y eso siempre es algo positivo, por la cultura que aporta.

-De eso no hay duda -respondió Margriet-. Ha sido muy enriquecedor aprender vuestro idioma. Y tú en el nuestro también te manejas muy bien.

-Y además de eso -continuó Pierre-, tengo otra intuición. Creo que se avecinan cambios en Europa. Las tradicionales monarquías que conocemos van a dar paso a nuevas formas de gobierno en las que el pueblo tendrá su voz en las decisiones que se tomen.

-Sí, Pierre, creo que entiendo lo que quieres decir... ¿Pero cuál sería nuestro papel en esos cambios?

-Como te digo, en un futuro próximo el poder no estará tan centrado en la figura del rey. Hace falta que los futuros monarcas tengan una mentalidad más cercana al pueblo. Hay un camino para la unión de los reinos del Norte y del Sur en un nuevo reino que esté más preparado para los nuevos tiempos.

-¿Y... y cuál crees tú que es ese camino, Pierre? -preguntó Margriet con voz temblorosa y con un brillo especial en sus ojos.

Entonces Pierre se llevó la mano al interior de su casaca, sacó algo y se lo puso a Margriet en su mano.

Era un anillo de oro.

Comentarios