ni pies ni cabeza

uno de los días que estuve en el pueblo de mi abuela, me fui a dar un paseo después de comer. quería acercarme al castillo lo más posible.

al llegar al cruce donde se ve más nítidamente, subí por la cuesta. y tras serpentear un rato por las calles que hay en ese montículo, encontré señalizada la senda que conduce al castillo.







pero hacía mucho calor y aún quedaba una larga distancia. así que decidí bajar, no sin antes hacer una foto panorámica de jumilla. completando, de ese modo, un conjunto de fotos sin pies ni cabeza.


durante todo el paseo, iba dando vueltas en mi mente a cómo había perdido mi juventud, entre otras cosas estudiando una carrera que no me dejaba tiempo para nada más. y si para mí ya es difícil de por sí encontrar un alma gemela, a estas alturas de la vida es casi imposible.

todos esos pensamientos, con el sol pegando directamente sobre mi cabeza, se hacían más intensos. a veces se habla del frío como metáfora de la ausencia de afecto, pero el sol abrasador también ilustra este sentimiento a su manera.

hoy he vuelto a sufrir otro desengaño, que estaba viendo venir días atrás. una nueva cicatriz en el alma.

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