amor cuántico

sonia fernández-vidal es una doctora en ciencias físicas que ha alcanzado cierta fama como escritora de divulgación.


su primera novela, la puerta de los tres cerrojos, fue un gran éxito. a través de una historia dirigida al público más joven, la autora explica de manera accesible los principales conceptos de la mecánica cuántica.

un niño de nombre niko, una mañana se desvía de su camino hacia el colegio, y por azar entra en el mundo de los elfos. un hada de nombre quiona le guía a través de ese mundo. el hada tiene una mezcla de dulzura y socarronería que enamora a niko, y le motiva a aprender los conceptos tan complicados que allí le explican. real como la vida misma: no hay nada como tener a alguien que te motive...


posteriormente se publicó quantic love. de nuevo la autora se sirve de una historia juvenil para introducir al lector en el complejo mundo subatómico. la diferencia es que esta novela es para un público un poco más crecido que la anterior...

una chica algo insegura de nombre laila viaja a suiza para trabajar de camarera en la cafetería de un centro científico, y de ese modo conseguir algo de dinero que le permita costear su primer año en la universidad. allí se debate entre dos chicos que la atraen de diferente manera: un periodista de nombre alessio, y un estudiante muy aplicado y aparentemente poco interesado en historias románticas, llamado brian. no puedo evitar mencionar a angie, la ‘loca’ compañera de habitación de laila, que me pareció entrañable.

en esta novela hay mucho amor, sin que falte la pasión... cuando pregunté en el corte inglés si les quedaba algún ejemplar, la dependienta me dijo que tenía que preguntar en la sección de adultos. yo le dije que me constaba que era una novela juvenil, y al final la encontró. pero ahora creo que algo de razón tenía, la buena mujer. ;)

es arriesgado hacer generalizaciones, pero leyendo quantic love me da la sensación de que los estudiantes de ciencias físicas saben pasarlo bien, sin que eso sea incompatible con su vocación científica. también hacen tonterías por amor, y en algún caso incluso las mismas tonterías que hago yo. me he sentido muy identificado...

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