partículas


hace poco he terminado de leer el libro que me quedaba de los que ha escrito sonia fernández-vidal hasta la fecha.

la puerta de los tres cerrojos y quantic love eran novelas que trataban de acercar al público más joven al mundo de la física cuántica, especialidad en la cual la autora está doctorada.

desayuno con partículas es un ensayo clasificado como de divulgación científica, aunque después de haberlo leído no lo veo tan claro. en realidad está formado por un conjunto de relatos ficticios protagonizados por sonia y por el periodista francesc miralles, así como varios intercambios de e-mails entre ambos.

en algunos capítulos, ella le explica los principales conceptos de la mecánica cuántica, y él responde con bromas cuando le resultan difíciles de comprender. los diálogos son muy divertidos. en otros capítulos la fantasía va más lejos, y ambos amigos viajan a épocas pasadas, para observar en persona a diferentes científicos que han pasado a la historia.

la física cuántica nunca se llega a entender del todo, aunque estas lecturas ayudan a acercarse poco a poco a ella. tras leer este libro, me ha quedado la sensación de que todas las ideas del filósofo aristóteles -que me parecía el más lógico y razonable de los filósofos que estudiábamos en cou- han sido rebatidas por los descubrimientos científicos.

en la antigua grecia se creía que la tierra estaba en el centro del universo, y esta idea se mantuvo hasta la edad moderna. copérnico, galileo y kepler elaboraron modelos físicos basados en la idea de que la tierra giraba alrededor del sol. aunque fue el pobre galileo quien se las tuvo que ver con la inquisición...

cuando se descubrió el átomo, quedó demostrado que la materia no se podía dividir indefinidamente, como se creía en la época de los filósofos griegos. posteriormente se ha descubierto que existen partículas menores que el átomo, pero de todos modos dividir un átomo no es algo que se pueda hacer sin un gran desprendimiento de energía.

el principio de no-contradicción de aristóteles, que parecía tan obvio, también ha sido cuestionado. según la teoría cuántica, no podemos conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula en un instante dado. cuanto mayor sea la precisión con la que conozcamos una de ellas, más desconocida nos será la otra.

las partículas que forman los átomos pueden ocupar varias posiciones o seguir varias trayectorias al mismo tiempo. este fenómeno se denomina superposición. tan sólo cuando observamos la partícula es cuando ‘se decanta’ por una de las posiciones o trayectorias posibles. decimos entonces que se ha producido un colapso de la superposición.

el hecho de que el comportamiento de las partículas quede determinado por nuestra observación parece difícil de intuir. en un capítulo del libro, a modo de símil, se explica cómo en la vida real las personas rinden mejor en sus tareas y tienen más éxito cuando previamente se les ha hecho ver su valía. ahora entiendo algunas cosas...

en definitiva, desayuno con partículas tiene como tema central la física, pero trata muchos otros temas y resulta muy accesible y ameno. una vez más, sonia fernández-vidal nos ha ofrecido una obra única.

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