células

cuando decimos a alguien “tienes que cambiar”, no sabemos bien lo que estamos diciendo. ‘cambiar’ drásticamente es imposible, porque gran parte de lo que somos es heredado, se encuentra en nuestro adn. en todo caso podemos ofrecer una mejor versión de nosotros mismos, potenciando las cosas buenas y atenuando las menos buenas.

en la reunión de antiguos alumnos del colegio que tuve en octubre del año pasado, unos amigos me dijeron entre risas que seguía moviendo los dedos de manera nerviosa -algo de lo que yo apenas era consciente-, y que seguía teniendo la misma expresión asustadiza... eso demuestra dos cosas: una, que no nos vemos a nosotros mismos como nos ven los demás; y la otra, que ciertos rasgos nunca cambian.

a mí también me dio la impresión de que la gente en el fondo no había cambiado. aunque algunos se hubieran dejado barba y estuvieran más anchos de hombros, seguían hablando con el mismo soniquete, seguían dando el mismo tipo de contestaciones...

esos rasgos que no cambian, y que aunque parezcan superficiales hablan mucho de nosotros, son innatos. forman parte de nuestra herencia genética, recogida en el adn, una compleja cadena que se encuentra en nuestras células. y todo lo demás son capas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida.

una persona nos gusta por esos rasgos que vienen ‘de serie’: su manera de hablar, su mirada, su risa... y son cosas que con toda seguridad ya poseía desde la infancia y seguirá conservando toda la vida.

dado que esas características están recogidas en la información genética, y por tanto se encuentran a nivel celular... creo que en lugar de decir “estoy loco por tus huesos”, sería más apropiado decir “estoy loco por tus células”. ;)

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