pertenecer
cuando finalizó la beca para titulados que constituyó mi primera experiencia laboral, seguí vinculado indirectamente a la empresa en la que había estado. tras varios meses de cursos de formación y de trabajar en las oficinas de los clientes, regresé al edificio central que ya me era familiar por haber estado allí durante un año en mi etapa de becario.
allí me reencontré con algunos viejos amigos que también habían sido o eran aún becarios. me acogieron en su grupo sin que hiciera un gran esfuerzo para ello, presentándome a otros compañeros que se habían incorporado cuando yo ya no estaba.
me avisaban para comer y para tomar café. la mayoría llevaban en la empresa menos tiempo que yo, por lo que sin quererlo daba ante ellos una sensación de veteranía que me avergonzaba, pues la realidad es que seguía sin saber hacer la O con un canuto, pero bueno... lo único en lo que les aventajaba era en edad, eso sí.
los nuevos becarios que iban llegando se unían al grupo. eso es algo que siempre me ha gustado, ir conociendo a más y más gente, a unos a través de otros, por efecto dominó. cuando alguien abandonaba la empresa por haber finalizado su beca o por lo que fuera, le organizábamos una fiesta de despedida, con regalo y tarjetón lleno de dedicatorias.
la verdad es que pocas veces en mi vida he tenido una sensación tan clara de pertenecer a un grupo. me aceptaban como a uno más, aunque hablara poco. la mayoría eran chicas, hasta en eso tuve suerte. ;) me sorprende recordar la cantidad de planes a los que me apunté con ellas: numerosas salidas y fiestas, un concierto del cantautor tontxu -que no era santo de mi devoción pero me lo pasé muy bien-, una excursión memorable a alcalá de henares...
para compensar mi timidez, trataba de sorprender a las chicas del grupo haciéndoles un retrato a lápiz basándome en alguna foto suya que tuviera. a todas les hice el suyo.
fue una etapa bonita e irrepetible. y me dejó huella, pues a veces sueño con esas chicas y me despierto feliz...
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