órbitas
en la aventura aterrizaje en la luna de tintín, el capitán haddock en un momento dado tiene un arrebato -debido en buena medida a alguna copa de más- y abandona el cohete. menos mal que al menos se pone el traje de astronauta antes de saltar al vacío...
de acuerdo con el principio de inercia, cualquier cuerpo expulsado al espacio mantendrá la misma velocidad que llevara la nave en ese momento. por eso el capitán va acompañando al cohete en su trayectoria, lo cual en principio permite rescatarle. pero las cosas se complican cuando entran en el campo gravitatorio de un asteroide.
cabría pensar que cuando un cuerpo es atraído por un astro, acabará cayendo verticalmente sobre él. pero eso no es así, ya que ese cuerpo llevaba previamente una velocidad que tenderá a conservar. el efecto combinado del campo gravitatorio y de su velocidad inicial hará que gire alrededor del astro que le atrae.
se puede demostrar que la órbita toma la forma de una elipse, en uno de cuyos focos se encuentra el cuerpo de gran masa que crea el campo gravitatorio. he dibujado la elipse por el clásico método de dibujo técnico: marcar varios puntos que pertenezcan a ella -trazando desde los focos arcos de circunferencia cuyas intersecciones nos dan esos puntos- y unirlos a mano alzada. me ha salido un poco ‘patatera’, pero en fin...
entrar en la órbita de un cuerpo celeste y girar indefinidamente alrededor de él, se asemeja a cuando nos enamoramos de una persona y ésta atrapa por completo nuestra atención y nuestros pensamientos.
recuerdo, por ejemplo, cuando era estudiante y me gustaba alguna compañera de clase. yo que era muy puntual y llegaba de los primeros, me sentaba y estaba pendiente de que ella entrara por la puerta. y cuando la veía sentía una punzada interior, aumentaban mis pulsaciones. pensaba: “a ver si me mira, a ver si se sienta cerca...”. y el resto de personas de la clase no me importaban nada.
cuando se sentaba lejos y lograba reunir el valor necesario para acercarme a ella y saludarla, justo en ese momento se ponía a hablar con otra persona. y claro, me tenía que esperar porque no iba a interrumpir la conversación. y en esto, llegaba el profesor y empezaba la clase. mi gozo en un pozo, hasta después de la clase nada.
es bonito que haya alguien especial a quien te ilusione ver cada día. eso supone un aliciente que hace que la vida tenga más color. pero cuando es algo que te obsesiona y te hace pasarlo mal, te lo tienes que replantear. volviendo al símil astronómico, ser arrastrado hacia la órbita de una persona no suele conducir a nada bueno.
y en ese caso, la cordura se hace necesaria. como cuando tintín logra rescatar al capitán haddock y le hace regresar a bordo.
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