libro cerrado

 

el mes pasado, nuestra amiga ginebra propuso un reto que consistía en elegir un mosaico de imágenes entre varios que nos daba, y escribir un relato basado en el mismo. además, también había que relacionarlo con una escena de la película que cada uno quisiera.

me parecía difícil, pero al final me puse a hacerlo y no me disgustó del todo el resultado. si queréis leer más y mejores participaciones en este proyecto, aquí están.

éste es el collage de imágenes que elegí, y a continuación mi relato. a ver qué os parece. ;)

La conocí en un taller de inteligencia emocional. Era pelirroja, blanca de piel y con un rostro indescifrable. Un día, a la salida de clase, me pidió que la acompañara a su casa. Al parecer había recibido en herencia un escritorio que perteneció a su abuela, dentro del cual había unos documentos que podían explicar muchas cosas del pasado de su familia. Quería que yo la acompañara, tal vez para pedirme alguna opinión, o para sentirse arropada, quién sabe...

Mi amiga vivía en una casa antigua, en el barrio de las Acacias. Abrió la puerta y pasamos al salón. El escritorio era lo que toda la vida se ha llamado un ‘bureau’ (pronunciado como buró), aunque esa palabra hoy día se usa más como sinónimo de organización o institución. Sacó de uno de los cajones un taco de papeles amarillentos atados con unas cuerdas.

Miró la hora en un reloj antiguo que tenía en la pared del salón. Me preguntó hasta cuándo podía quedarme, y yo le dije que no había prisa, que esa tarde no tenía nada especial que hacer. Se puso a examinar los documentos, y en un momento dado sacó una lupa para leerlos mejor, pues la letra debía ser demasiado pequeña.

Era primavera y ya hacía buen tiempo. Se desató los cordones de los zapatos y se los quitó, para estar más cómoda. Continuó estudiando los papeles, y vio que había unas citas literarias que, según me dijo, le sonaban de haberlas leído en alguno de sus libros. Se acercó a su estantería, y tras pensar un rato, sacó un libro titulado ‘la pista de la marioneta bailarina’. Estuvo pasando páginas durante unos instantes, hasta que encontró la frase que aparecía en los documentos: “la mejor manera de perder a un chico es perseguirle”. Ella soltó una risita, y yo la secundé. La sociedad ha cambiado en los últimos años, y ahora está aceptado que la chica tome la iniciativa. Mejor así, porque antes si eras chico y eras tímido, lo llevabas crudo...

En esos papeles antiguos había muchas citas y frases crípticas, que a saber lo que quería expresar con ellas la abuela de mi amiga o quien las hubiera escrito. Cansada, los dejó a un lado, y se puso a mirar lo que había en los cajones del buró. Encontró un montón de llaves antiguas, de diferentes tamaños. “Alguna de ellas será la llave del corazón de alguien”, dije yo en broma. Ella me miró con una sonrisa ladeada y me respondió: “no lo dudes”.

Consultó de nuevo la hora en su reloj. Fue desabrochando los botones de su blusa, se la quitó y se puso en su lugar una camiseta que tenía cerca. Y se quitó los calcetines, dejando al descubierto sus blancos pies, con las uñas al natural, sin pintar, que es como más bonitas lucen. Me propuso quedarme con ella a merendar un té con pastas. Yo exclamé: “¡genial, así charlamos y nos conocemos mejor!”, a lo que ella respondió: “en realidad soy un libro abierto... o más bien cerrado”.

Me quedé haciendo memoria, hasta que caí en la cuenta. “¡Eso lo decía la maestra que salía en la película ‘los pájaros’ de Hitchcock!”. Puso su sonrisa ladeada y me guiñó el ojo, y a continuación encendió una vela en la mesa donde íbamos a merendar. La tarde-noche prometía...

una amiga mía se parece un poco a tippi hedren. :)

Comentarios