fluidos

 

una de mis asignaturas favoritas de la carrera fue mecánica de fluidos. aunque eso no quita para que el profesor que dirigía las prácticas de laboratorio -que no era el mismo que nos impartía clase- fuera muy exigente.

había que entregar una memoria de la práctica, con las mediciones que se habían realizado, su representación gráfica y las conclusiones que sacabas de todo ello. y si el profesor no quedaba satisfecho con el trabajo que le habías entregado, te lo devolvía. lo cual, ya de entrada resulta chocante en una universidad pública, donde los alumnos no siempre están localizables. unos van a clase, otros no...

como yo siempre estaba a caballo entre cursos, hubo un año en el que me matriculé de las asignaturas de 3º que me quedaban y sólo algunas de 4º, y mecánica de fluidos no estaba entre ellas. entonces, un día vi que el delegado de clase llegaba con un taco de prácticas de ‘fluidos’ para devolver. fue nombrando a los desafortunados compañeros, quienes reaccionaron con perplejidad o con enfado.

nunca me quedó claro qué implicaba la devolución de la práctica. tenías que volver a hacerla, te penalizaba en la nota de la asignatura, o qué? el caso es que al año siguiente, cuando ya sí me matriculé de fluidos y me examiné, la práctica que entregué no me fue devuelta, o al menos yo no tuve conocimiento de ello.

como siempre he sido un poco anticuado, la hice totalmente a mano, con bolígrafo y regla. introduje la carpeta transparente con mi práctica en el buzón de la cátedra, y a partir de ahí esperé acontecimientos. vivía con el miedo de que en cualquier momento me la hicieran llegar de vuelta. si me escondía no me la podían devolver, pensaba yo. ojos que no ven, corazón que no siente. pero aun así, el día menos pensado podía encontrar mi práctica de fluidos en la silla donde me sentaba habitualmente en clase, en mi taquilla, en el buzón de mi casa, en el horno, en la olla del cocido...

aprobé mecánica de fluidos aquel mismo año, 2002, y acabé la carrera un par de años más tarde. creéis que ya puedo tener la tranquilidad de que no me van a devolver la dichosa práctica? :O me recuerda un poco a un episodio de la aventura ‘el brujo’ de mortadelo y filemón, en el que recibían una carta que resultaba muy peligroso abrirla, pero por más que intentaban deshacerse de ella o destruirla, les llegaba de nuevo.

espero que os hayáis divertido leyendo esta historia, ya que ésa era mi idea. ;)

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